sábado, 20 de enero de 2018

Hay vida más allá del viejo estante: un comentario a la novela Pulsaciones

Por Giancarlo Gonzales

Debo decir que me considero un lector tradicional. Me gustan los libros en crudo, con letras chiquitas, con páginas blancas o amarillentas y olor a viejo, a humedad, a guardado. En ocasiones acepto que un texto tenga ilustraciones, pero si no las tiene, no me hago problemas. Como adulto, soy asiduo consumidor de literatura “adulta” (perdonen la huachafería), pero como maestro de escuela, aterrizo también en espacios de lectura juvenil. En fin, a mis treinta y tantos, soy de los que leen de izquierda a derecha y de arriba a abajo.

Entonces, cuando ella me encargó leer un libro juvenil español, la idea no me entusiasmó demasiado. Cuando me dijo: «Te va a encantar. ¡Mira que está escrito completamente como si fueran mensajes de texto!», exhalé lentamente un airecillo caliente y pesado. «¡Además su autor es un booktuber famosísimo!», remató, mientras yo pensaba que todo era una jodita para Tinelli.              

Esta es la crónica del hombre revejido perdido en los confines de la literatura juvenil moderna.


La portada de Pulsaciones, colorida y pixeleada, me recordaba al universo de Minecraft, ese videojuego que capturó por meses a tantísimo adolescente y que yo nunca entendí del todo. Los textos de la tapa anticipaban una historia de amor y misterio, elementos casi imprescindibles de los superventas modernos. Respecto a la trama, la conocemos en calidad de chismosos: los personajes intercambian mensajes instantáneos a través de Heartbits, un programa similar a Whatsapp. Este software ficticio tiene sus ventajas. Por ejemplo, al final de cada día habrá contabilizado la cantidad de teclas pulsadas por el usuario; además, al iniciarlo, mostrará en pantalla una sentencia de Buda, como para dejarlo pensando a uno.

La protagonista es Elia, una adolescente que acaba de despertar de un coma provocado por un accidente de carretera. Su problema es que no recuerda los últimos tres días antes del siniestro. Entonces, con ayuda de su amiga Sue, deberá buscar pistas que la ayuden a reconstruir ese breve espacio temporal. Para complicar las cosas, aparece Phoenix, un misterioso personaje que empieza a escribirle a Elia y que parece saber demasiado sobre ella.

En general, el libro tiene sus aciertos y me hizo pasar una buena tarde, por eso se lo dije a ella con toda sinceridad. Si bien la trama es sencilla y los personajes semejantes, el formato novedoso está muy bien utilizado. Así, el texto corre como un río ante nosotros y los diálogos en mensaje de texto se reciben como una forma particular de texto teatral, en la cual los actores no hacen mutis por el foro, sino que se desconectan. Hay muy buena mano de los autores para crear atmósfera y transmitir emociones de los personajes sin recurrir a acotaciones de narrador, casi imprescindibles en una narrativa convencional. Además, los tiempos de respuesta entre los mensajes, las distintas horas de conexión de los personajes y ciertas referencias a libros y películas añaden tensión y enriquecen el texto.

Tanto se alegró ella con los buenos comentarios que le hice del libro, que me prestó de inmediato la secuela: Latidos, del 2016. En esta, los autores se arriesgan más con el formato. La historia ya no solo utiliza mensajes de texto, sino que además los personajes escriben en un blog y cuelgan fotos en una aplicación semejante a Instagram. Las tapas mantienen el estilo pixeleado, y los interiores ahora están en cuché y a colores, lo que realza las imágenes. Puedes ojear alguna otra reseña y verás que en general la secuela ha tenido gran éxito también.


Creo que la lectura de Pulsaciones y Latidos será bien recibida por los adolescentes de esta parte del globo y también por los revejidos como yo, dispuestos a explorar un poco. Los recomiendo. Y es que, si un libro me ha servido para ablandar algunos prejuicios y expandir fronteras de tolerancia, ¿cómo no lo voy a recomendar?


Lo que debes saber sí o sí
Javier Ruescas es un periodista español, conocido sobre todo por su exitoso canal de Youtube, en el que se dedica a hacer videoreseñas y comentarios de obras literarias juveniles. Actualmente, cuenta con más de 300,000 seguidores y millones de reproducciones. Su carrera como autor es precoz e interesante —Cuentos de Bereth (2009), Tempus Fugit (2010)—, al punto de que se encuentra bajo el amparo de la agencia Carmen Ballcels, misma que otrora representó a los señorones del Boom Latinoamericano. Ruescas ha contribuido muchísimo a que los jóvenes se acerquen a los libros. En esa línea, fue uno de los fundadores de la revista digital de LIJ El templo de las mil puertas, que cuenta a la fecha con sesenta y un números.

Francesc Miralles es un filólogo catalán con amplia carrera como editor, autor y traductor. Entre sus libros en español destacan Barcelona Blues (2004) y El quinto mago (2009). Su novela Un haiku per a l'Alicia se llevó el premio Gran Angular en 2002.


Si quieres seguir descubriendo
Si estás interesado en conocer más sobre Pulsaciones deja que te lo cuente el propio Javier Ruescas en este enlace

También puedes visitar la web de Francesc Miralles para conocer más de su trabajo.


¿Dónde encontrarlo? 
Disponible a S/ 30.00 en los puntos de ventas de SM durante la campaña escolar. Puedes consultar su buscador de librerías.

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