Por Giancarlo Gonzales
Debo decir que me considero un lector
tradicional. Me gustan los libros en crudo, con letras chiquitas, con páginas
blancas o amarillentas y olor a viejo, a humedad, a guardado. En ocasiones
acepto que un texto tenga ilustraciones, pero si no las tiene, no me hago
problemas. Como adulto, soy asiduo consumidor de literatura “adulta” (perdonen
la huachafería), pero como maestro de escuela, aterrizo también en espacios de
lectura juvenil. En fin, a mis treinta y tantos, soy de los que leen de
izquierda a derecha y de arriba a abajo.
Entonces, cuando ella me encargó leer un libro
juvenil español, la idea no me entusiasmó demasiado. Cuando me dijo: «Te va a
encantar. ¡Mira que está escrito completamente como si fueran mensajes de
texto!», exhalé lentamente un airecillo caliente y pesado. «¡Además su autor es
un booktuber famosísimo!», remató,
mientras yo pensaba que todo era una jodita para Tinelli.
Esta es la crónica del hombre revejido perdido
en los confines de la literatura juvenil moderna.
La portada de Pulsaciones, colorida y pixeleada, me recordaba al universo de Minecraft, ese videojuego que capturó
por meses a tantísimo adolescente y que yo nunca entendí del todo. Los textos
de la tapa anticipaban una historia de amor y misterio, elementos casi imprescindibles
de los superventas modernos. Respecto a la trama, la conocemos en calidad de
chismosos: los personajes intercambian mensajes instantáneos a través de
Heartbits, un programa similar a Whatsapp. Este software ficticio tiene sus ventajas. Por ejemplo, al final de cada día habrá contabilizado la cantidad de
teclas pulsadas por el usuario; además, al iniciarlo, mostrará en pantalla una
sentencia de Buda, como para dejarlo pensando a uno.
La protagonista es Elia, una adolescente que
acaba de despertar de un coma provocado por un accidente de carretera. Su
problema es que no recuerda los últimos tres días antes del siniestro.
Entonces, con ayuda de su amiga Sue, deberá buscar pistas que la ayuden a
reconstruir ese breve espacio temporal. Para complicar las cosas, aparece
Phoenix, un misterioso personaje que empieza a escribirle a Elia y que parece
saber demasiado sobre ella.
En general, el libro tiene sus aciertos y me
hizo pasar una buena tarde, por eso se lo dije a ella con toda sinceridad. Si
bien la trama es sencilla y los personajes semejantes, el formato novedoso está
muy bien utilizado. Así, el texto corre como un río ante nosotros y los
diálogos en mensaje de texto se reciben como una forma particular de texto
teatral, en la cual los actores no hacen mutis por el foro, sino que se
desconectan. Hay muy buena mano de los autores para crear atmósfera y
transmitir emociones de los personajes sin recurrir a acotaciones de narrador,
casi imprescindibles en una narrativa convencional. Además, los tiempos de
respuesta entre los mensajes, las distintas horas de conexión de los personajes
y ciertas referencias a libros y películas añaden tensión y enriquecen el
texto.
Tanto se alegró ella con los buenos
comentarios que le hice del libro, que me prestó de inmediato la secuela: Latidos, del 2016. En esta, los autores
se arriesgan más con el formato. La historia ya no solo utiliza mensajes de
texto, sino que además los personajes escriben en un blog y cuelgan fotos en
una aplicación semejante a Instagram. Las tapas mantienen el estilo pixeleado,
y los interiores ahora están en cuché y a colores, lo que realza las imágenes.
Puedes ojear alguna otra reseña y verás que en general la secuela ha
tenido gran éxito también.
Creo que la lectura de Pulsaciones y Latidos será
bien recibida por los adolescentes de esta parte del globo y también por los
revejidos como yo, dispuestos a explorar un poco. Los recomiendo. Y es que, si
un libro me ha servido para ablandar algunos prejuicios y expandir fronteras de
tolerancia, ¿cómo no lo voy a recomendar?
Lo que debes saber sí o sí
Javier Ruescas es un periodista español,
conocido sobre todo por su exitoso canal de Youtube, en el que se
dedica a hacer videoreseñas y comentarios de obras literarias juveniles.
Actualmente, cuenta con más de 300,000 seguidores y millones de reproducciones.
Su carrera como autor es precoz e interesante —Cuentos de Bereth (2009), Tempus
Fugit (2010)—, al punto de que se encuentra bajo el amparo de la agencia
Carmen Ballcels, misma que otrora representó a los señorones del Boom
Latinoamericano. Ruescas ha contribuido muchísimo a que los jóvenes se acerquen
a los libros. En esa línea, fue uno de los fundadores de la revista digital de
LIJ El templo de las mil puertas, que cuenta a la fecha con sesenta
y un números.
Francesc Miralles es un filólogo catalán con amplia carrera como editor, autor y traductor. Entre
sus libros en español destacan Barcelona
Blues (2004) y El quinto mago (2009).
Su novela Un haiku per a l'Alicia se
llevó el premio Gran Angular en 2002.
Si quieres seguir descubriendo
Si estás interesado en conocer más sobre
Pulsaciones deja que te lo cuente el propio Javier Ruescas en este enlace.
También puedes visitar la web de Francesc Miralles para conocer más de su trabajo.
¿Dónde encontrarlo?
Disponible a S/ 30.00 en los puntos de ventas de SM durante la campaña escolar. Puedes consultar su buscador de librerías.
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