«No todo lo que se escribe o se dibuja tiene necesariamente que ponerse en un libro».
Lima - Madrid - Valencia/ junio, 2015
[Hace dos años, dos
estudiantes estábamos en busca de un editor. Una acá en Lima y otra en Madrid
compartíamos un mismo objetivo. No queríamos que nos publiquen un libro, lo que
buscábamos era una tarea para final de curso: debíamos entrevistar a un editor.
Tras leer sobre el trabajo de muchos de gran trayectoria, uno había quedado
fijado en nuestra mente: Vicente Ferrer. Personalmente, nunca había tenido un
libro de Media Vaca entre mis manos, pero todo lo que había leído sobre ellos y
sobre el trabajo de su editor fueron suficientes para sentir la necesidad de
descubrirlos. Hoy los libros de Media Vaca ya están en Perú para maravillar a
muchas personas más gracias a la gestión de Monoblock. Ante tan buena noticia,
decidimos desempolvar aquella entrevista].
«Hay que inventarse
los libros que no existen para que la gente que no existe exista». Esta es una
de las razones por las que Vicente Ferrer edita libros. Al leerla junto con las
demás, se respira un aire de idealismo y de profunda convicción que parece ya
lejano en el mundo editorial actualmente regido por la prisa y lo comercial. Y
sí, el trabajo de Media Vaca, su editorial, parece un barco que voluntariamente
navega contracorriente. Parece surreal que haya logrado sobrevivir en el sector
editorial con un trabajo artesanal y pausado, con libros que no son parte de un
proyecto editorial, sino de un proyecto de vida. Suficientes motivos para
querer conocer más sobre su experiencia. Por ello, la siguiente entrevista.
Media Vaca cuenta con una
trayectoria de 17 años, ¿qué crees que habéis aportado al mundo del libro a
diferencia de otras editoriales?
(Bien empezamos. Es la primera pregunta y no sé qué contestar). Me
parece que para poder aportar algo, el proyecto debería ser más conocido. Es
estupendo comprobar que hay gente que conoce algunos de nuestros libros, pero
no hay que confundir un libro con una editorial. Desde el principio nuestro
propósito fue crear una biblioteca, y en eso estamos. (Lo que llamamos
biblioteca es un proyecto que ahora mismo me costaría definir, pero que abarca
algo más que una suma de libros). El mundo del libro tiene una historia que ya
es larga, y que a casi nadie importa, que se va haciendo con los esfuerzos
anónimos de muchas personas que no son solo los autores que figuran en las
cubiertas. De todos esos esfuerzos, ¿qué quedará? Es difícil saberlo.
¿Qué elementos debe reunir una
obra para convertirse en un libro de Media Vaca?
La mayor parte de los libros que hemos publicado son proyectos propios
que responden a nuestros intereses personales. Generalmente, somos nosotros
quienes proponemos un encargo a los autores, aunque no siempre es así. También
recibimos propuestas de todo tipo a través de los caminos más dispares. Puedo
decir que sabemos cuando algo nos interesa mucho (tanto como para dedicarle una
parte importante de nuestro tiempo y considerables esfuerzos) cuando unos días
después, a veces varios años después, aquello que leímos o que vimos nos sigue
martilleando en la cabeza.
Según comentas, Media Vaca es
un proyecto muy personal cuyas publicaciones responden principalmente a tus
intereses, a ese ideal de «hacer los libros que no existen». ¿Cuál ha sido la
clave que les ha permitido posicionarse en un mercado editorial muchas veces
direccionado por cuestiones comerciales?
En mi opinión, para conseguir mantenernos como editores ha sido
fundamental la decisión de no crecer y publicar únicamente tres libros al año.
Somos conscientes de nuestras limitaciones y no nos ha parecido una buena idea
forzar ese ritmo.
¿Cuáles crees que son los
principales problemas u obstáculos a los que te enfrentas como editor actualmente?
Como les ocurre a la mayor parte de los editores, supongo, los
problemas a los que nos enfrentamos están relacionados con el tiempo y el
espacio. Por desgracia, el enfoque está bastante alejado de la filosofía que
trata esas importantes cuestiones. Por una parte, nos falta tiempo para hacer
los libros a nuestro gusto. Por otra parte, tenemos un almacén saturado: los
libros, que entran de dos mil en dos mil, salen en cambio de uno en uno.
También nos falta tiempo para contestar a las personas que se dirigen a
nosotros. Sería preciso hacer una pausa en la producción para dedicarnos a la
promoción y venta de los libros, y, quizá, para reorientar nuestro proyecto.
Nos gustaría poder conversar con los lectores y libreros, a los que apenas
conocemos y con quienes nos relacionamos casi exclusivamente a través de los
libros.
Desde que comenzaste con Media
Vaca hasta ahora, ¿cómo crees que ha cambiado el sector editorial y, en
concreto, la edición de LIJ?
Diría que hoy hay más variedad. Aunque quizá, bien mirado, esa
variedad no sea tan significativa, porque muchos catálogos parecen
intercambiables. También hay más autores que se autoeditan, lo que no dice nada
a favor de la pujanza del sector, más bien evidencia su debilidad.
Cada semana las librerías
acogen decenas de novedades editoriales y resulta un hecho manifiesto que la
oferta editorial supera la demanda lectora. ¿Crees que puede existir algún tipo
de solución a la sobreproducción editorial existente?
En otras áreas de actividad se han implantado métodos para evitar la
sobreproducción, pero ninguno de esos métodos parece aplicable a un sector como
este, tan especial en tantos sentidos. Se me ocurre que una forma de
racionalizar la producción pasaría por pensar dos veces cada decisión que se
toma. Hay muchos automatismos y no siempre nos cuestionamos todo lo que se
hace. Así, pensando pensando, quizá lleguemos a la conclusión de que basar el
comercio de los libros en el reclamo de la novedad es algo completamente
absurdo. Por otra parte, aunque resulte paradójico, también a los editores nos
hace falta tiempo para leer. A todos nos vendría bien viajar más y ver otras
cosas, y vivir una temporada fuera de los libros.
Luego de la experiencia con El alma se serena, ¿han considerado la
posibilidad de publicar una obra de teatro para niños? Es un género poco
desarrollado en la LIJ. ¿Qué opinas sobre ello?
Ese libro es muchas cosas a la vez, y también es un experimento. No
hay muchas experiencias de ilustrar libros de teatro, fuera de las fotos de la
puesta en escena. Antes hicimos El paseo
de Buster Keaton, de Lorca, con ilustraciones y diseño de Manuel Flores,
aunque tampoco está destinado a los niños. Durante la Segunda República, hubo
en España un gran interés por el teatro, al que se dio una gran difusión y la
consideración de arte revolucionario y verdaderamente popular. Deberíamos
recuperar muchas cosas de esa época: al menos, la frescura y el espíritu lúdico,
y el respeto con que se trataron las creaciones para los lectores más jóvenes.
Hicieron teatro para niños (y libros de teatro) Antoniorrobles, Manuel Abril y
Salvador Bartolozzi y Magda Donato, entre otros. Es cierto que hay todo un
campo por explorar: algunos diálogos de Tono y Mihura, que merecen ser más
conocidos, darían maravillosos libros de teatro para niños.
Tras todos estos años liderando
el proyecto de Media Vaca, ¿ha cambiado tu concepción sobre el rol del editor?
La verdad es que no. Siempre he pensado que hay muchas clases de
editores, y eso es lo que voy viendo. Tengo la sensación, sí, de que la mayor
parte de los nuevos editores, que suelen formarse con los editores grandes,
adquieren de estos, de la manera más natural, argumentos y comportamientos que
les animan a desarrollar una vocación de «grandes». Personalmente, echo de
menos espacios de discusión sobre la labor editorial en los medios de
comunicación y, en general, en la vida diaria, fuera de los lugares
establecidos por las ferias comerciales.
Sin duda la labor del editor es
apasionante y conocer el trabajo de editoriales como Media Vaca resulta
motivador. ¿Qué les aconsejarías a las personas interesadas en editar por
primera vez?
Lo primero, que consideren seriamente la publicación. No todo lo que
se escribe o se dibuja tiene necesariamente que ponerse en un libro. Hay cosas
que cuando se convierten en libros pierden su frescura y se estropean. Si
después de pensarlo mucho, uno acaba convencido de que lo mejor es hacer un
libro, pues adelante: hagamos todo lo necesario para que salga de la mejor
manera. En primer lugar, convendría llevar a cabo una pequeña investigación
sobre el lugar adecuado para publicar y sobre las condiciones en que la edición
debe realizarse. Esa pequeña investigación es un trabajo muy serio que a veces
lleva tanto tiempo y esfuerzo como la obra que hemos inventado. No hay que
rendirse a la primera. Es importante saber que la falta de respuesta por parte
de una editorial no implica necesariamente un no: lo más probable es que no
haya personal para ofrecer una respuesta. Cuando nada ocurre, hay que insistir,
y, al mismo tiempo, seguir buscando. Y si nos gusta escribir, y si nos gusta
dibujar, no debemos desanimarnos ni dejar de seguir trabajando.
Gracias a Vicente Ferrer por darse un tiempo para responder
nuestras preguntas. Sabemos lo mucho que eso significa para un editor y
valoramos su gran disposición.
Lo que debes saber sí o
sí
La editorial Media Vaca es una editorial
independiente de libros ilustrados para todo público. Fue fundada en Valencia,
en 1998, por Begoña Lobo y Vicente Ferrer. Varios de sus libros han recibido
importantes reconocimientos como los Bologna Ragazzi Award. Uno de los más
destacados es maravillosa adaptación gráfica de Robinson Crusoe (Ajubel, 2009).
También tienen libros de no ficción como los de la colección El mapa de mi
cuerpo, en la que se explica en funcionamiento y razón de existir de partes inquietantes
de nuestra anatomía como los agujeros de la nariz, las costras o el ombligo.
Si quieres seguir
leyendo
Les encantará visitar la web de
Media Vaca: http://www.mediavaca.com/ Ya
saben. Ni se les ocurra apretar el botón.
Si ya andan por ahí, dense una
vueltita por La vida privada de los libros. Luego de ello, querrán correr a comprarlos todos.
¿Dónde encontrar los
libros de Media Vaca?
Si vas a la FIL, visita los stands de Monoblok y Books & Co. Si se
te pasan las fechas, puedes encontrarlos en las siguientes librerías:
Monoblock (Av. Prolongación San Martín 207, Barranco, Lima)
Cuarto de juego (librería online: https://cuartodejuegos.net/)
Books & Co. (Avenida El Polo 670, Santiago de Surco, Lima)
Librería SUR (Av. Pardo y Aliaga 683, San Isidro, Lima)
Librería El Virrey (Bolognesi 510, Miraflores, Lima)
Books & Co. (Avenida El Polo 670, Santiago de Surco, Lima)
Librería SUR (Av. Pardo y Aliaga 683, San Isidro, Lima)
Librería El Virrey (Bolognesi 510, Miraflores, Lima)